Se absorben todas las casualidades que siendo huecas hincharon a mi útero y lo
[hicieron explosionar.
Absorbo tu mensaje, y me embiste el sonido.
Y ese serio documento donde todos tus secretos duermen bajo sospechas deja
[de importarme.
Lo que en su día ocultó tu pelo húmedo
brilló como cáliz gélido en el firmamento de mi rostro.
Ahora sólo poseo el frío,
sólo él, para decidir posarme o no en el césped artificial.
Lo que en su noche el conocimiento no me mostró
desató en mis pómulos a la tempestad.
Y doblar mi cuerpo ante el silbido servicial que me alertó
no solucionó la mentira en la llegada de tus pies bajo tu alto cuerpo.
Absorbo, ¡bebo!.
Guarnición traicionera de dulces y salados
envueltos en papel de arena que jamás ofreciste a nadie.
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