miércoles, 12 de octubre de 2011

El hado en los dos tiempos.


El hado tenía la cabeza en los pies, más que un hado prometedor parecía una de esas gárgolas encontradas en las ruinas de algún lugar remoto y olvidado.
Por más que la libélula deseara encontrar su voz le estaba muy complicado, pues dependía del corazón del hado el recuperarla o no.
La luna no se inmutaba en el país mágico y las hadas portaban el engaño del reloj pacientemente entre sus manos, allí en boque…, el árbol de la espiral esperaba la llegada del búho, allí junto a las hadas esperaba el árbol pacientemente.
En el mundo mágico el hado caminaba hacia la madre luna inhalando y exhalando el humo de su eterno cigarrillo, pero allí abajo, en el mundo terreno, el hado andaba con la cabeza a los pies y Alquimia, la mujer elegida, aquella que portaba el don de la voz, esperaba paciente la magia del reloj en la tierra.
Nada es lo que  parece, lo que perciben nuestros ojos es una proyección de la mente, -se decía Alquimia- mientras esperaba al hado en el bar.

2 comentarios:

  1. Nada es lo que parece, lo que perciben nuestros ojos es una proyección de la mente.
    Cuanta razón tienes....besos <3

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